Ahora que te he leído ya nunca podrás esconderme nada.
Hoy, porque desde las diez de la mañana
solamente he soltado tu libro dos ratitos: para preparar unos macarrones con
chorizo que, sinceramente, me han quedado dignos de Gerardo, y después de leer
Recuerdos rotos, cuando he sentido la imperiosa necesidad de cerrar el libro,
salir a la calle con los perros y tomarme un respiro.
Sabes que un relato es
muy bueno cuando no puedes seguir con el siguiente sin concederte esa pausa que
atempere las emociones desatadas, que calme la indescriptible inquietud que ha
crecido con ansia línea a línea, palabra por palabra, personaje a personaje.
Rowena, la madre desde su diario y el despacho de papá como personaje por si
mismo. El hijo-hermano que todo lo precipita sin moverse de una foto y Samuel,
el vestal encantador. Me he enamorado de Eva, de su piel blanca y de su pelo
teñido de negro azabache (de su decisión de teñirlo de negro, ¡una rubia!), de
sus zapatos negros de punta y tacón afilados.
Y me he enamorado de ti, de tu
voz propia y apropiada, que crece con el libro desde el aroma inocente de las
moras, hasta el dolido perfume de la inquietante flor de loto y esa ensalada de
variantes agridulces con que cierras el libro, prometiendo más. Te estamos
esperando.
Gracias Mirentxu, por este libro delicioso.
Gracias por haber sido mi sábado.
Ésta es para ti. Si tengo ocasión de escribir otra para publicar, la haré más académica, aunque no más convencional. Contigo sería imposible.
Josep Amorós
Josep Amorós
Escribo publicidad que también es hacer literatura. Me
apasiona el buen periodismo, sea nuevo, literario, escrito o radiado, sin
adjetivos. Fui editor y guionista de algunos programas innovadores a los
primeros tiempos de Radio Sant Cugat: Cada casa su sombrero, Bailando los 70 s
... y he participado en otras iniciativas locales como la revista Vivir en Sant
Cugat. Barcelonés desde 1958 y santcugatense desde 1977.
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